martes, 21 de diciembre de 2010

Octogésima segunda reflexión.


“¡Qué bueno es dar gracias al Señor, y cantar para tu nombre, Oh Altísimo!
Publicar tu amor por la mañana, y tu fidelidad durante la noche,
Al son de la lira de diez cuerdas, con la melodía de la cítara y el arpa.
Tú me alegras, Señor, con tus acciones, y canto jubiloso por la obra de tus manos”. (Sal. 91, 1-5).
TAS

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