miércoles, 11 de noviembre de 2009

Cuadragésima reflexión.


“La ley del Señor es perfecta: da consuelo al hombre;
el mandato del Señor es verdadero: da sabiduría al ignorante;
los preceptos del Señor son rectos: dan alegría al corazón;
el mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos.
el temor del Señor es puro: permanece para siempre;
los juicios del Señor son verdad: todos justos por igual;
Son preferibles al oro, al oro más fino;
Son más dulces que la miel, más que el jugo del panal.
Por eso tu siervo está atento a ellos;
cumplirlos trae gran recompensa. (Sal. 19, 8-12).
TAS

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