martes, 1 de diciembre de 2009

Cuadragésima tercera reflexión.


“Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Pues bien, ustedes no han recibido un Espíritu que los haga esclavos,para caer de nuevo en el temor, sino que han recibido un Espíritu que los hace hijos adoptivos y nos permite clamar:“Abba”, es decir,“Padre”. Ese mismo Espíritu se une al nuestro para juntos dar testimonio de que somos hijos de Dios.
Y si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios y coherederos con Cristo, siempre y cuando ahora padezcamos con él,para ser luego glorificados con él.”(Rom. 8, 14-17).
TAS

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